No eres la única persona que creyó, al comenzar a entrenar, que tu grasa corporal se convertiría en músculo a medida que realices ejercicio continuo. Pues te doy una mala noticia: es imposible que esto suceda ya que son dos tejidos completamente diferentes.
Para ganar masa muscular se debe realizar un entrenamiento específico
que nos llevará a la hipertrofia (aumento del tamaño de las fibras musculares) y esto lo conseguimos gracias a las proteínas y no a la grasa. Es decir, el músculo se crea mediante una rutina de ejercicio y dieta específica.
Confusión de términos que lleva a creencia errónea
Se llega a esa conclusión errónea debido a que cuando entrenamos necesitamos energía que, en su mayoría, obtenemos de la grasa (y de otras fuentes, como los hidratos de carbono). Cuando llevamos un tiempo practicando ejercicio, nuestro porcentaje de grasa normalmente disminuye y esto hace que el músculo (que estaba debajo de la capa de grasa) se haga más notoria. De ahí que mucha gente interprete este cambio como que la grasa se transformó en la masa muscular ahora visible.
De la misma manera, no puede suceder lo contrario: al dejar de hacer ejercicio el músculo se transformará en grasa. Imposible y por las mismas razones. Lo que sucede es que al dejar de entrenar o de llevar un estilo de vida saludable basado en dieta y ejercicio, nuestros músculos vuelven a adaptarse de forma inversa a lo que explicábamos antes y, al darse cuenta de que los estímulos a los que se enfrenta se han reducido, reduce también su masa; ya que no necesita obtener mayores fibras para soportarlo. A su vez, nosotros gastamos menos calorías y, sin embargo, ingerimos la misma cantidad, por lo que almacenaremos reservas llevando a acumular más grasa y perder masa muscular. Como resultado, la grasa será de nuevo visible.
Para bajar grasa y tener un cuerpo más musculoso, te recomendamos que mantengas una dieta saludable y te ejercites, siempre acorde a tu necesidades y a los resultados a los que quieres llegar.