¿Le tienes miedo a la fruta? Vamos a romper algunos mitos
La gente le tiene miedo a la fruta, hay una creencia popular que la ha satanizado. ¡Socorro, socorro! ¡La fruta tiene azúcares y los azúcares son malos y engordan! Espera. Vayamos por partes.
La fruta es el alimento perfecto, solo falta tener un cuerpo en armonía y unos hábitos alimentarios correctos, esto es todo. El problema es que son pocos los que pueden presumir de ello.
Está claro que las frutas son una rica fuente de calorías y azúcares naturales, pero también son un “envase” natural de antioxidantes y minerales. Se trata de uno de los grupos de alimentos más depurativos que existen y como tal debemos incluirlas en nuestra dieta.
Los azúcares de la fruta
Los cuerpos sanos tienen la capacidad de gestionar los azúcares de una manera muy distinta a aquellos que padecen desequilibrios como diabetes o problemas de hígado. O si al consumir fruta aun tenemos restos de alimentos altamente ricos en proteínas o grasas en el estómago, esto también puede afectar a cómo nuestro organismo va a reaccionar frente a los azúcares de la fruta.
La fruta nos ayuda a limpiar el cuerpo, nos ayuda a mover y estimular el tránsito intestinal, es fácil de digerir, es muy rica en agua y fibra, no tiene almidones densos ni grasas, y su tiempo estimado de digestión es de unos 20 minutos.
Si consumimos fruta después de las comidas, o si comemos fruta indiscriminadamente durante todo el día y no tenemos en cuenta qué es lo que acabamos de comer hace poco y que aún perdura en nuestro estómago, puede que esa manzana, esas fresas, ese trozo de melón, nos sienten mal, nos provoquen gases y nos hinchen la barriga.
Estas mezclas no nos ayudarán a sentirnos más ligeros, provocarán fermentación de los azúcares rápidos de la fruta, y con esto la aparición de toxinas. Como consecuencia, más retención de líquidos y grasa.
Así que limpia tu alimentación de productos altamente procesados, de harinas y azúcares refinados, de gluten y productos lácteos, y, si comes fruta, cómela sola o como mínimo 20-30 minutos antes de tus comidas, especialmente si quieres perder peso.